martes, 9 de septiembre de 2008

Apología del abandono

Incluso, antes de nacer, el inexplicable complejo de abandono acompañaba mi alma. Eso, asumiendo que tenía un alma antes de haber nacido. Y así como fueron abandonadas mis raíces, hoy mi vida es un cúmulo de constantes temores atribuidos a una suerte de paranoia hacia esa despreciable y penosa situación. Y de frente recibí innumerables veces tu desprecio, y tus ansias por explorar una serie de universos desconocidos, dentro de tu descarada naturaleza. Fuiste la Luna y todos los astros; y también la noche oscura. Y ahora que el mundo gira en sentido contrario, los traumas salen a flote. En el fondo me siento incapaz de dejarte; aún cuando la vida lo demande.

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