lunes, 23 de marzo de 2009

Change your mind

Salto al abismo de mis deseos reprimidos, de frente y sin temor; esperando llevarme todo el daño... Espero de Dios una respuesta positiva, y no una represalia o dolorosa enseñanza que termine por generar más vacío, o motivos para seguir reprimiéndome...

Era su boca... tan suya... Y cómo saber si su deseo era tan real como el mío... y si ella también se llevó una parte reprimida de mí. ¿Cómo saberlo? Algo sucedió... Lo puedo jurar... Dios mío...