sábado, 28 de junio de 2008

Reacción en cadena

El primer hecho, aunque funesto, fue accidental. Sin embargo, los acontecimientos que desencadenó como consecuencia fueron tan nocivos (o más) que el hecho inicial. Los cuerpos quedaron abandonados en ambos lados del camino, cada uno asesinado en un orden lógico de secuencia. Y en ambos extremos de la cuerda, nos encontrábamos para atestiguar el paso de la muerte. Muertos estábamos también, lamentándonos no poder volver en el tiempo para deshacer el génesis de la tragedia. Una vida menos, y continuamos mirándonos a los ojos tratando de ignorarlo; dejando caer lágrimas en el lado oscuro de nuestras almas. Un beso insignificante terminará por desencadenar a la bestia, y le seguirán otra serie de eventos posteriores.

Lo único que no podemos hacer es reconocer que nos equivocamos. Por eso seguimos nuestros caminos como si nada sucediese, sin importar cuántas vidas más tendremos que llevarnos por delante. Al igual que yo, jamás serás la misma. Tanto es el dolor que ha dejado de doler.

domingo, 1 de junio de 2008

Petra

Ahora que el camino se acorta has decidido romper el silencio y darle realidad a esa forma que desde hace tiempo nos ha venido envolviendo. Me acorralas con tus frases de desespero, de angustia y de dolor; exiges certidumbres dentro de mi universo de confusiones y de rupturas, confrontas mis dudas. Cómo decirte que te amo (o que no te amo) sin poder saber a ciencia cierta lo que es el amor. Y me confrontas y preguntas con lágrimas y con tristezas acerca del apocalipsis de mi corazón. Sientes que tienes el valor de recibir los golpes de frente y sin temor... de la dureza de mi alma y de la amargura de mis significados. Las verdades al igual que las palabras son el resultado de una postura en el universo...

Quisiera no tener que mirarte a los ojos cuando despierte, para quedar en silencio de nuevo; esperando pacientemente a que algún día nazca un argumento válido para poder darte una respuesta.