jueves, 25 de septiembre de 2008

Adiós

Desprenderse de los sueños es parte de lo que podría denominarse como "crecer". Si la resignación y el desengaño vienen de la mano, es simple residuo característico del proceso. Aceptar la torpeza de cualquier serie de acontecimientos desafortunados es parte de llegar a la adultez, y enfrentarlo con algún tipo de serenidad, una virtud.

A decir verdad, es una excusa para esconder mi dolor, de lo que ahora es irreversible. A lo mejor no se supone que tendría que haber llegado hasta este punto. Sin embargo, y con cierta gratitud, duele hasta el extremo de la razón.

martes, 16 de septiembre de 2008

Monte de Venus

En el piso, con la cabeza entre mis rodillas, replegándolas fuertemente para perder la conciencia, pienso en una calle sin salida. Los sueños son solamente fenómenos perceptivos que bloquean la conciencia; nada más que una respuesta fisiológica a un problema extrañamente formulado. Al fin y al cabo la conciencia es un laberinto de significados, en el que me encuentro absurdamente extraviado. Al comienzo, pensé que se trataba de un notable caso de tristeza, pero eso también pasa... Es cierto; hasta la tristeza abandona. Y queda un vacío; el vacío de ese algo que ni siquiera se sabe qué es. Por ese camino deambulo...

A lo mejor te interesaría saber que encontré una respuesta en tus ojos, aún cuándo no sepa exactamente a qué pregunta.

martes, 9 de septiembre de 2008

Apología del abandono

Incluso, antes de nacer, el inexplicable complejo de abandono acompañaba mi alma. Eso, asumiendo que tenía un alma antes de haber nacido. Y así como fueron abandonadas mis raíces, hoy mi vida es un cúmulo de constantes temores atribuidos a una suerte de paranoia hacia esa despreciable y penosa situación. Y de frente recibí innumerables veces tu desprecio, y tus ansias por explorar una serie de universos desconocidos, dentro de tu descarada naturaleza. Fuiste la Luna y todos los astros; y también la noche oscura. Y ahora que el mundo gira en sentido contrario, los traumas salen a flote. En el fondo me siento incapaz de dejarte; aún cuando la vida lo demande.

martes, 2 de septiembre de 2008

Preámbulo a una despedida premeditada

Si algún día me preguntas, por qué simplemente no callé, la única respuesta posible, conforme a la situación en la que me veo involucrado, es el hecho de no poder dejar de enfrentar la pérdida. Y ahora que entiendo que el mayor mal es pequeño, quisiera simplemente desaparecer. Te veré caminado por el mundo, y tú, si al final Dios decide perdonarme, me verás de la misma manera: cada vez más indiferentes, menos nuestros y más del mundo. Porque fuera de mí ha existido el mundo que por celos intenté que no vieras. Ahora ese universo es tuyo; y apresuradamente (más por fe que por cualquier otra cosa) asumo que en algún lugar existe uno para mí también. Y así, cada uno con su mundo y su universo deambularemos por el tiempo, olvidando que después de todo existe una cadena que nos ata.