jueves, 11 de diciembre de 2008
Jellyfish
No tenía una respuesta a su pregunta. Intenté explicarle en qué consistía el acto de fe; pero desistí a media marcha, cuando noté que mi discurso le era indiferente. Debían existir millones de señales y signos que de manera alternativa hubieran podido llamar su atención. Pero ante el encanto de su mirada, mi mente se encontraba completamente nublada... Habíamos llegado al final del pacto, donde las súplicas se confundían con las transformaciones. Sabía que no me estaba escuchando...
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