jueves, 28 de agosto de 2008

Otra vida

Es justo que ahora me encuentre afuera... y aunque hace frío, acepto con dignidad (con dolor silenciado), el paso del olvido. Recuerdo nuestras noches con melancolía, y la manera en la que accidentalmente dejé que se escaparan de mis manos. Tú soñabas, como yo, en vivir en un estado oceánico. En estos días helados tus ojos se desvían a la ausencia; la ausencia de mis días. Su brillo ya no me pertenecen. Ya no puedes verme entre tanta basura que me cubre. Ya no soy yo; soy otro con mi nombre, que hasta yo mismo desconozco. El hombre del que te enamoraste, ya no existe. Y tú, pilar de mis desvelos, deambulas en otro universo.

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