sábado, 28 de junio de 2008

Reacción en cadena

El primer hecho, aunque funesto, fue accidental. Sin embargo, los acontecimientos que desencadenó como consecuencia fueron tan nocivos (o más) que el hecho inicial. Los cuerpos quedaron abandonados en ambos lados del camino, cada uno asesinado en un orden lógico de secuencia. Y en ambos extremos de la cuerda, nos encontrábamos para atestiguar el paso de la muerte. Muertos estábamos también, lamentándonos no poder volver en el tiempo para deshacer el génesis de la tragedia. Una vida menos, y continuamos mirándonos a los ojos tratando de ignorarlo; dejando caer lágrimas en el lado oscuro de nuestras almas. Un beso insignificante terminará por desencadenar a la bestia, y le seguirán otra serie de eventos posteriores.

Lo único que no podemos hacer es reconocer que nos equivocamos. Por eso seguimos nuestros caminos como si nada sucediese, sin importar cuántas vidas más tendremos que llevarnos por delante. Al igual que yo, jamás serás la misma. Tanto es el dolor que ha dejado de doler.

No hay comentarios: